Panamá 1977
Podía haber llamado desde el teléfono que colgaba en la pequeña cocina, pero prefería hacerlo desde el acogedor cuarto, era más cómodo y confortable hacerlo con aire acondicionado y sentado en la mullida cama del cuarto de mi hermana.
-Aló, hola…holaaa , al otro lado se escucha una voz chillona de mujer, aló buenas noches.
-Si buenas, por favor podría pasarme con el Sr. Seselja
– Mmm un momentito ya va, otra voz de mujer responde, esta vez más clara y reconocida.
¿Aló quien habla?
-Hola Anamary soy yo Calilo. (así me llamaban cuando muchacho).
-Ahh hola Calilito, querías hablar con Cheski (modo corto y cariñoso como llamaba a Seselja)
-Si por favor si se puede…
– Si, claro dame un instante..escuchó que levanta la voz para que la escuchen.
¡Seseljaaa..teeleefoonoo! Se lo pasan y alcanzo a escuchar la voz de el…¿Quien es? Pregunta.
– ¡Contestaaa es Calilo!
Ahh, ok dobro, como está Calilo, que se dice, ¿no estás pescando?
No, el barco está malogrado en Puntarenas, es que hablé con Mañuco Souza, me dice que tienes un chance, una plaza de “spibotero” en tu barco y quería saber si me lo podías dar a mí.
Mmm si tenemos chance de “spibotero”, echamos a un tico, puta mare quiso cortar con cuchillo a otro tico, al soldador, puta mare está loco este hombre!
-Si asentí, dándole la razón, todo tenía que ser positivo, tenía que salir a pescar, el Fortuna III yacía anclado en el estero de Puntarenas con el mástil doblado y sin visos de pronta reparación.
Ya tengo un mes aquí en Panamá y no he encontrado nada, ni en el muelle 18, ni en la boya, no me ha salido nada, creo que yo te puedo servir, ya he trabajado con Javier de “spibotero”.

¡Ah ok, se puede ser! hablaba en su propia jerigonza yugoslava-española
– ¿Cuánto te paga Javier? Pregunta, sin tapujos.
– Bueno yo gano 5 dólares por tonelada, un breve silencio mmm… creo que hizo un rápido cálculo mental y dijo puta mare se te paga mucha plata, ja ja ja tu cuñado te paga bien!
No quería perder la oportunidad, pero tampoco quería regalar mi trabajo.
– Creía que me debía pagar por lo que valía, antes que se eche hacía atrás y evitar un no le digo:
– Ok mira Seselja si quieres, dejame hacer el viaje, mira como trabajo y después de terminar tus pones el precio, ¿Te parece?
Tenía cumplido 20 años y mi contextura más bien parecía la de un joven alfeñique, sin mucho aspecto de pescador, con el tiempo las cosas irían cambiando en lo físico y en lo mental, en el aspecto y en el carácter.

– Ok, ok, se vamos a probar, lleva tus cosas al barco se presenta con Pedro él esta “deck boss” le explicas que yo te hable y buscas tu camarote, nos vemos allá mañana, ok? Dobro. Buenas noches.