Esta no es una aseveración que se encuentre en la orfandad. No, por el contrario es una realidad lamentablemente engarzada en la mediocridad del pensamiento y praxis política, del círculo vicioso y paupérrimo de los políticos locales, exacerbada por el mal ejemplo de otros mal referentes, de las malas prácticas en el quehacer político nacional, como los de la clase de los Acuña, los Fujimori, y otros actores no menos relevantes, pero que ya de por sí es cansino mencionarlos en este artículo.
Creo sinceramente que a eso debemos sumar en su gran mayoría a los gobernadores regionales, como en nuestro caso el de Piura, que una vez entronizados parecen olvidar lo más esencial de la probidad y decencia en su accionar como autoridades, olvidan dar el ejemplo y embarran el escenario político local con sus acciones alejadas de la mesura, el buen tino, y la sobriedad. Esto aplica para las autoridades ediles, la cadena turbia de estas acciones se transmite en todos los niveles de la sociedad peruana.
Desde el inicio de esta última administración edil, vimos en primera instancia como se iba armando el andamiaje de una candidatura para acceder al poder político, con el uso del poder económico en este ascenso forzado.
¿Era acaso un secreto como la candidatura de Alvarado Alayo obedeció más a intereses económicos que a ideológicos? Como en el desarrollo de la campaña, su fuerte inyección de capital inclinaba la balanza al hacer uso de ese poder en la influencia de los electores, las prebendas, regalos, lo cual está legalmente prohibido, pero en la práctica es letra muerta.
Mientras que algunos candidatos intentaban hacer una campaña con capacitaciones, o encuentros partidarios, el candidato de la pala arremetía con regalos, de diversa índole, prebendas que dada las condiciones de pobreza y poca formación ciudadana tienen acogida en ese grueso sector de la población electoral, tanto de Paita como en sus diferentes distritos.
El resultado fue un personaje que fue rodeado de una maraña de burócratas quienes se insertaron y lograron hacerse de un espacio en el aparato municipal, muchos de ellos con la sola consigna de lucrar de manera subrepticia, sería repetitivo enumerar las faenas encubiertas de estos oscuros personajes, cuando se empezó a destapar una parte de ese submundo de corrupción por intermedio del entonces regidor Huber Vite, este último fue defenestrado al más puro estilo Montesinista por aquellos que se vieron amenazados en sus intentos por seguir lucrando impunemente.
Hoy vemos alegremente a aquellos que votaron por expulsarlo compartir en la mesa de conferencias y a quienes en su momento cuestionamos directamente y baratearon su dignidad y voto para acallar entonces a la voz disidente de Vite.
La madeja municipal dio paso a Enrique Silva, la situación penosa por la que pasan las arcas municipales no debe sorprendernos, he ahí el resultado de hacerse de la vista gorda, de aplaudir en redes sociales a quienes a nuestras espaldas hacían fiesta de las finanzas públicas. Lo que mal empieza, mal termina.
Dejando de lado los vericuetos judiciales que para verdades está el tiempo, el Sr. Vite fue reinstalado en el sillón municipal y con ello volvió el llanto, queja y tristeza de aquellos que no se les permitió exprimir hasta la saciedad ese dinero mal habido, la debacle financiera, es solo el resultado de los desaciertos del grupete alrededor de la figura del fenecido Alvarado Alayo y continuada por Silva, los signos exteriores de riqueza o propiedades mal habidas son “vox populi”. ¿Llegará hasta los responsables el brazo de la justicia?
El tema central en todo este amasijo de personajes siempre será la figura pública de quien se supone representa los intereses de la provincia, en este caso es a partir de ahora y si se mantiene hasta el final de esta maltratada administración el Sr. Huber Vite, a él le corresponde o debería corresponder en el breve periodo que aún le queda por culminar, llevar con el más alto sentido de decoro, presencia, probidad y sobre todo altura un cargo tan llevado a menos por una serie de mal ciudadanos que han intentado por todos los medios hacer uso del poder para beneficio personal.
Un consejo hasta de un conejo, entendemos que el Sr. Huber Vite no tiene una gran experiencia política ni el manejo correspondiente de esta de cara a sus vecinos, el populismo barato no es ni debería ser parte de esas maniobras anacrónicas en su paso por la alcaldía, por eso es penoso ver como a veces el uso de los favores ya sean estos válidos en lo público o en lo particular, tengan que trascender como un método propagandístico que desmerece en su totalidad cualquier buena intención original. Es tan común esa práctica que se ha normalizado en nuestra sociedad actual.
Eso es algo que no se aprende en campañas electorales, eso lo da la formación, el entendimiento, la empatía y el sentido común que le otorga el entorno vivencial en el que transita, sus consejeros, sus amigos. Sus más cercanos colaboradores deberían aconsejarle a que deje de lado esas prácticas de utilizar el infortunio o la necesidad ajena como un medio de acarrear simpatías que contrariamente provocan el resultado inverso.
«Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha»
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, que el infortunio propio o ajeno no es ningún trofeo del que preciarse.