En incontables ocasiones somos testigos del malestar ciudadano sobre la falta de idoneidad de los que de una u otra forma se hacen un lugar en los siempre deseados puestos públicos, sean estos propiamente en la administración o en puestos de elección, en los primeros gran parte de la responsabilidad no recae en la decisión directa del ciudadano, como contrariamente sucede en el segundo de los casos, donde la decisión es directamente del elector, es en esa elección en la que reside muchas veces el futuro y progreso de nuestras particulares comunidades. No siempre serán las más adecuadas, y esto pareciera ser la regla en nuestro caso desde hace poco menos de 40 años.
No nos cansaremos de repetir que bajo ninguna circunstancia este servidor les va a mencionar, insinuar o siquiera sugerir, votar por uno u otro candidato, eso es a contrapelo de los sumisos troles que abundan en nuestra reducida sociedad, quienes se desgañitan alabando o promoviendo inexistentes cualidades de sus preferidos pretendiendo de una manera casi inadvertida meternos gato por liebre. Penosamente, hay que decirlo, eso ha sido la tónica electoral de siempre, muchas veces confiamos más en la buena fortuna, en algún designio celestial o como sería de rigor para los creyentes paiteños encomendarse a la patrona de nuestro pueblo.

Y pareciera que últimamente son aquellos maledicentes de la política que llegan a nuestra ciudad bajo la excusa del fervor a hincar rodilla por San Pedro y San Pablo, cuando en realidad vienen de manera no tan solapada a pescar en río revuelto, ver a estos facinerosos caminar hombro con hombro por la calle más emblemática de nuestra ciudad, pavoneándose, agarrando de “cholitos” a los ciudadanos con sus poses de suficiencia que no bastan para maquillar sus desastrosas administraciones en la municipalidad paiteña.
La última participación de Dioses Reyes en un puesto de elección fue en su corto y nada fructífero paso por el congreso después de su disolución por Martín Vizcarra, el poblonovino y Franco Salinas nos vendieron solo humo, ambos sin temor a equivocarme usaron sus puestos para el desarrollo de sus propias carreras políticas, más que la labor en aras de la región a quien representaban. No se olviden de esos detalles, pues intentan meterse nuevamente en el amplio y oscuro caudal de la política peruana para seguir succionando de la ubre estatal. Uno en el puesto de gobernador regional, el otro como alcalde de Magdalena del Mar en la capital (muy poco le duro el amor por Paita).
El otro visitante fue nada menos que German Tay un oscuro y reconocido arribista político de la zona, quien ha cambiado de camiseta política, cuál Cesar Combina, no tiene bandera alguna, lo que mejor se acomode a sus intereses personales, así será su color, tan camaleónico como descarado. Lo que nos debe llamar a reflexionar es que es un paiteño nato, pero repito no tiene bandera y no le importa, ni tendrá reparos cuando de ventajas personales se trate si cupiera la posibilidad de acceder a ese cargo al que aspira. Todos a quien menciono no tienen pudor ni rubor cuando de obtener el poder se trata.
Una perla más.
El tristemente recordado Reymundo Dioses Reyes, de quien todos conocen la acusación(con audio incluido) por colusión y negociación incompatible, intenta al más puro estilo Fujimori heredar a su estirpe en los puestos de elección, es así que el hijo de este último (Rhayding Dioses) bajo el ala protectora del padre, intentará llegar a la alcaldía de Pueblo Nuevo de Colán. ¿Esa es la política limpia de la cual pretenden ufanarse estos personajes?
Paiteños, no se dejen impresionar, no se dejen arrastrar por los discursos trillados y sin sustento alguno de estos truhanes de la política paiteña, notarán el caparazón de estos tipejos cuando llegan de la noche a la mañana a pasearse por la ciudad, a estrechar manos, a tomarse fotos, a visitar asentamientos humanos con la complicidad de sus adláteres locales que los aplauden, que los endiosan en las redes; pero lo único que buscan es lograr su propina política, acomodarse en la abusada burocracia local y ser asalariados de su candidato personal. No se confíen de aquellos que vestidos de ovejas entrarán a depredar del erario público, no inviten a cenar a su casa a quien les va a robar, en la excesiva confianza está el peligro y ustedes paiteños ya los conocen.
En guerra avisada no muere soldado.