Mi nombre es Calidro Morello Palacios, soy un ciudadano peruano de 63 años, nací en un Paita pequeño y bucólico, mi infancia transcurrió entre la calle Independencia y mi escuela la 33, mi padre fue un pescador de atún en los barcos cañeros, en algunos fue capitán, él fue partícipe de algún modo de la construcción del Terminal Marítimo de Paita en la década de los 60, trabajó con la empresa francesa de Les Batignoles en el dragado de la bahía.

Mi abuelo paterno fue un inmigrante italiano que se asentó en este puerto a principios de los años 30 del siglo pasado, por parte de mi madre mi abuelo trabajó por muchos años en el desaparecido ferrocarril a cargo de los británicos, en resumen mi origen está muy enraizado a mi ciudad, a mi puerto, en otras palabras se puede decir que soy paiteño por los cuatro costados.
Y porque digo esto, porque somos muchas generaciones las que hemos visto como foráneos han llegado a nuestra tierra a aportar con su sapiencia, con sus emprendimientos, con su cultura, eso por el mejor lado, no obstante hay actualmente advenedizos que en ese movimiento migratorio lograron hacerse de cierto poder económico y hasta poder político que usaron ilegalmente para usufructo personal.

Recordemos cuántos extranjeros sirvieron a Paita con desprendimiento, a Gabino Artadi de origen español, Alejandro Blacker de origen británico y que no solo fue Alcalde de nuestra comuna sino fundador de la primera compañía de bomberos del Perú, don Antonio Alvarez Urresti de grata memoria, don Antonio Vittoria, don Federico Pignatti, vimos pasar alcaldes y ciudadanos extranjeros con inmensa vocación de servicio, investidos de humildad, decoro y honestidad, aún existimos paiteños que los recordamos con gratitud.
En el lado oscuro, otros de distinta orientación, han hecho como es de conocimiento general fortunas en nuestro seno, sin aportar con sus cualidades personales al mejor desenvolvimiento de la sociedad paiteña, siendo a todas luces ejemplos a no seguir.
Este pequeño trazo viene a mi mente a razón de un desagradable incidente acaecido el día domingo primero de marzo de 2019, como cada domingo pasaba a recoger a mi señora madre que a raíz de una afección requiere ser movilizada en una silla de ruedas, nuestro trayecto era atravesar con todos los inconvenientes el calamitoso estado del Jr. Junín para pasar por el frente del atrio de la iglesia San Francisco, tomar por la calle Bolívar y dirigirme a las instalaciones del Hotel Marina del Bay para que ella pueda visitar a una amiga al igual que ella de avanzada edad, en ese trayecto y habiendo sobrepasado las instalaciones del Banco de la Nación, escuché que me gritan dirigiéndose a mi persona, puedo observar al ciudadano Teodoro Alvarado Alayo, quien en forma altanera y de mal modo se dirige a mí, orillo a mi señora madre, aseguro la silla de ruedas y me acerco.
Ante la manera prepotente le digo que es lo que desea, me dijo textualmente:
-¡Te me has prendido!
Por un momento como reaccionando estira la mano para saludarme, la estrecho y prosigue:
-Tú no sabes quién soy yo, soy Chapulín, pero no deja de usar el tono agresivo y dice textualmente ¿Qué Chu… tienes conmigo?
-A ver ¿Qué es la cosa?, me dice tú solo escribes huevadas…!
Replico. ¡-Escribo y comento lo que me parece que está mal!
-Me parece que usted no camina, no ve de primera mano los problemas que aquejan a los paiteños le contesto.
-¿Por qué no escribes sobre lo bueno que hago? Responde.
-Para eso tiene usted todo un aparato de propaganda con una oficina de imagen institucional, una larga lista de pseudo periodistas pagados y una portátil que lo aplaude.
¡-Si tienes un problema ahí está la municipalidad! ¡Yo soy un vecino!
Lamentablemente, no puede desdoblarse de la investidura del alcalde a conveniencia ni desentenderse de ella.
-¿Qué es lo que quieres? Me pregunta, como si mi persona buscara algún tipo de prebenda.
-Yo no quiero, ni necesito de nada, hago uso de mi derecho ciudadano claramente garantizado en la constitución política del Perú, lamento que no sea de su agrado.
¿Qué has hecho tú por Paita? Esa pregunta tan trillada y utilizada por aquellos con cierta cuota de poder intentan descalificar a sus oponentes, claro está que el ciudadano con ser una persona honorable, honesta y de prácticas cívicas ya habrá hecho más que suficiente por su comunidad, nadie está obligado a demostrar a la autoridad de turno si ha hecho algo, en todo caso no es de recibo, por el contrario, se le olvida a este personaje, dudo que ameritara llamarse señor que él era un servidor público, como tal se debía a todos y cada uno de los ciudadanos de esta comunidad, por su investidura debía mantener un alto nivel de respeto y compostura, algo que se le olvidó y que lamentablemente nos recuerda su extracción.
Se alejó de la reja que nos separaba y apuntándome desde el interior de su oficina, me dice:
-Concha tu mad… no te metas conmigo, te voy a joder concha tu mad…, obviamente y a sabiendas de que mi señora madre esperaba del otro lado de la acera no me dejo avasallar ni humillar, le respondo con sus mismas palabras y que si es bien hombre que abra la reja y me lo diga frente a frente y no lanzando amenazas obvias y nada veladas, es de conocimiento público su asociación con una banda de delincuentes con amplio prontuario judicial que le servían de “chalecos”.
Lo preocupante amén de la degradación de la investidura de la figura del alcalde es el abuso de poder que tiene una persona que no sabía ni nunca lo hizo y era separar la función pública de lo personal, el peligro es que no era un caso aislado y veíamos con suma preocupación la forma inadecuada en que se expresaba en las redes sociales con epítetos impropios de una autoridad y la figura que representa.
Hice de conocimiento público este incidente en su momento del cual fue testigo mi propia madre y otro vecino del cual me reservé su identidad.
Soy un ciudadano con mis derechos plenos y ni el alcalde, ni sus pseudo periodistas asalariados, ni sus esbirros pueden coaccionar ni amenazar a ningún ciudadano por ser crítico por cierto de una gestión sumamente cuestionada por su limitada visión de lo que necesita el puerto de Paita para un desarrollo por demás merecido y arrebatado por advenedizos en nuestra propia tierra.
Para terminar y sin menoscabo de mis derechos hice responsable al Sr. Teodoro Alvarado Alayo por cualquier tipo de acción de represalia o intimidación hacía mi persona, le recordé que estamos en un estado de derecho y nadie está, menos una autoridad por encima de la legalidad y el respeto al derecho de libertad de pensamiento y expresión.
Este documento fue escrito en el año 2019, el entonces Alcalde de la provincia como es de conocimiento público falleció en febrero del 2021 debido a complicaciones propias del COVID 19, la única intención al escribir esto fue dejar registro de la forma equivocada de abordar y de intentar avasallar a los ciudadanos cuando se hace uso indebido de una posición de dominio y abuso de poder.