En estos días de gran agitación política en el país, el secretario general de la OEA Luis Almagro coincidentemente visita Lima, y digo coincidentemente pues llega atendiendo una invitación previa del Gobierno de la República y siguiendo con las coincidencias podríamos referirnos a la activación de los desaforados de siempre quienes sin recato alguno buscan el frío en las cobijas, en efecto son los mismos que antes lo buscaron en Washington con rimbombante pasión y hoy cuestionan su presencia, como si su memoria selectiva borrara de sus escasas neuronas el papelón y bochorno al que se sometieron acudiendo a la sede de la organización poco después de conocerse el resultado electoral, esgrimiendo su escuálido alegato de fraude, la misma “troupe” viajera se olvida muy convenientemente, lo cual es común en estos viles y gelatinosos personajes.
Recuerdan como buscaban con desesperación casi de amor delirante la atención del secretario de la OEA y lo único que consiguieron es la presencia de un representante de segundo nivel tras una reja entreabierta, Luis Almagro que es un político de experiencia ni cayó en el juego infantil y patético de ese grupúsculo negacionista ni se inmutó ante el penoso papel internacional de estos facinerosos insertados en la política peruana.
Lo que parecieran no entender ofuscados y obnubilados por su afán golpista es que Almagro, más allá de cualquier simpatía o alineación política con el gobernante de turno se afirma en el aval a la siempre débil y maltratada democracia peruana, eso parece no entenderlo ni la rebuscada y cada vez más devaluada derecha peruana que se regodea de poder en sus predios y fortalezas San Isidrinas, como tampoco lo entiende el empresario y pseudo político paiteño que se alucina grande e intenta codearse a marchas forzadas “aunque sea” virtualmente con los complotadores. ¡Arrímate a ellos que algo se te pegará!
“El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras” Aristóteles
Lo hemos visto en politiquillos “wannabe” y en otros con credenciales en puestos de representación. Si de algo podemos hablar con suma tranquilidad desde esta columna es que nuestra posición ante lo burdo del intento de revertir el orden democrático será siempre el mismo, no cabe duda que existe un grado de torpeza política de parte del ejecutivo y que esta no puede pasar inadvertida, como tampoco se podría pasar por alto si se llega a demostrar cualquier tipo de devaneo con la corrupción, estamos claros y precisos en esta afirmación, de lo que tampoco podemos desviar la mirada es a la comodidad de como algunos de estos pizpiretas de la maquinaria mediática que se arrogan el papel de moralistas cuando es de conocimiento público como se hicieron de la vista gorda por años en el asalto casi flagrante que sufrieron las instituciones del estado cuando les tocó el turno a ellos o a sus preferidos de meter uña en los dineros públicos.
¡Y para ser aún más claro y evitarnos argumentaciones estúpidas y banales!, por supuesto que pueden cuestionar y fiscalizar y gritar a los cuatro vientos sus molestias y dolorosas poses de ofendidos por las metidas de pata de Castillo, claro que pueden! Lo que no pueden es dárselas de sonrojados querubines cuando largo rabo de paja tienen y mantienen, cuando ante el robo y corrupción que sucedió ante sus narices callaron e hicieron mutis.
Si algo les puedo asegurar es que la crisis no va a cesar cualquiera que sea el desenlace de estos últimos acontecimientos y esto no va a terminar porque quienes promueven todo este zarandeo político no llegan a comprender a cabalidad la amplitud de una política decente y seria, donde ante los embates a la democracia, se tengan que esforzar por solventar y resolver los problemas dentro de los cauces que la misma democracia ha creado, no apelan ni a consensos, ni diálogos, ni coincidencias, solo prima el enfrentamiento, la diatriba, el insulto barato, y frases clichés por quienes aún siguen creyendo que la política “per se” les otorga carta blanca para usar cualquier método en aras de conseguir sus oscuros objetivos.
No hay nada más falso que apropiarse del nombre de la democracia cuando exclusivamente quieren acceder al poder, el cual no consiguieron a través de las urnas, e insisten una vez más en un golpe solapado amén de parapetados tras una moralidad inexistente y de muy bajo presupuesto.
Tirar barro con ventilador se le dice a esa actitud de lapidar inmisericordemente a cualquier adversario político contrario a sus ideas, estos especialistas en el barro y las excretas hacen de los pasillos del congreso su “habitat” y espacio natural para el cotilleo y la sedición, así vemos desde los marinos de tina tan “sometidos”, a una congresista de Renovación Popular que debería trabajar en el MEF para explicarnos como logró incrementar su patrimonio de manera exponencial y casi mágica, tenemos a la heredera de Tudela que en apenas tres meses nos deslumbra con sus poses de estadista al igual que nuestra congresista por Paita, como una exalcaldesa de la Perla y que es señalada como autora intelectual de un asesinato, tenga el desparpajo de arengar en una pose cursi por el descabezamiento del ejecutivo y se da el taco de insultar al presidente, que más allá de ser Pedro Castillo es la investidura a la que se faltó, y es en todo ese barullo y ruido que siguen conjurando.
Las responsabilidades de Castillo tendrá que asumirlas como asimismo las responsabilidades de quienes pretenden usar otra vía ajena e inconstitucional y que están fraguando día a día y sin recato alguno. La vacancia es a todas luces inconstitucional y la oposición no puede cometer nuevamente la torpeza de empujar al país en una nueva vorágine como la que ya hemos vivido. Advertido estamos y que cada palo aguante su vela.
Si al ciudadano le queda alguna duda del carácter canibalesco del limitado político peruano, que se ponga cómodo en el mueble más amplio de la sala y pida harta canchita, la obra es larga y tiene más de un capítulo.
Recordemos que cada ex presidente vivo ha sido investigado o acusado de corrupción. los poderes ejecutivo y legislativo alegan proteger los valores democráticos y, por el contrario, se concentran en llenar sus arcas.
En 2018, el 94% de todos los alcaldes estaban bajo investigación y más de la mitad de los representantes del Congreso en funciones han sido acusados.Colleen Scribner & Sonya Radetsky