Sharon B.
No existe un registro conocido de la tragedia -hasta donde este servidor investigó- que sustente de manera estricta e histórica lo que usted va a leer sobre el Sharon B, este ejercicio tiene elementos de novela y hechos reales, si usted como lector encuentra algún detalle que no concuerda con su concepto de lo real, para mí no resultaría problema alguno en documentar parte de los hechos y con sumo gusto actualizar el relato, se requiere algún tipo de comprensión en el sentido de que el lector no espere que esto se ajuste estrictamente a la realidad, esto no es un documento histórico por lo consiguiente debe leerse como lo que es, una recreación de los hechos, varios de los personajes son ficticios, y algunos son o fueron reales, aunque no precisamente en espacio y tiempo como lo fueron algunos de los eventos alrededor del verdadero y trágico accidente.
¡Gracias por entenderlo así!
El Arribo
Es poco más de medio siglo, ya ha pasado algo más de 55 años desde que sucedió la desgracia, algunos viejos pescadores la recuerdan muy vagamente, otros la escucharon de boca de amigos y familiares, fue la noticia entre pescadores de antaño a lo largo de la costa norte, otros pescadores como yo la recordamos en la lejanía vaporosa de nuestra memorias con flashes intermitentes de los detalles, esta es una historia que intentaré narrar, perdonen si me equivoco, los años no pasan en vano, les iré contando lo que buenamente recuerdo.
Mi nombre es Gaetano Scaffidi pero siempre me han llamado Tano, mi madre cuenta que así me llamaba mi padre desde pequeño, él fue un inmigrante siciliano que llegó al Perú a principios de los años 30 del siglo pasado, emigró a Sudamérica una vez que Mussolini ascendió al poder, según contaba mi madre, mi padre lo detestaba en demasía, el egocentrismo, el culto a la personalidad y las ideas del Fascio muy contrarias a las socialistas que él adoptó hicieron inevitable que saliera de Italia antes de la Segunda Guerra Mundial, fueron casi 10 años de sumisión del pueblo italiano al delirio del Duce, 10 años fueron suficientes, dejó atrás a su familia en la pequeña villa de Campanella, la cual está al extremo noreste de la isla casi llegando al estrecho de Mesina, previamente ya había establecido un intercambio epistolar con un compatriota quien trabajaba en un colegio católico en el norte peruano. Este último le animó a emigrar.

Su primer paso fue viajar al este francés, allí se embarcó en Brest en la costa bretona, en uno de los vapores de la desaparecida Grace Lines en la ruta a Panamá, esta hacía escala en Guayaquil, en el último tramo recaló en Paita a dejar carga y pasajeros y luego se dirigía hacía el Callao, aquí fue donde todo comenzó para mí.

Mi padre falleció cuando yo apenas tenía 4 años, tengo muy pocos recuerdos de él en esos primeros días de mi infancia, crecí y viví en Paita, en mi época de escolar dejé la secundaria y no andaba muy orientado, un primo me llevó a trabajar en carreteras por ruego de mi madre, a los 19 años ya era un experto dinamitero, usaba con destreza el teodolito y -por qué no decirlo- muy amoroso con todas las chicas entre Huaura y Pativilca; pero el destino no siempre lo dicta uno y el tramo de carretera llegó a su fin, mi primo dio fe de que algo me había reformado así que regrese al norte, mi prima Marietta había entablado amistad con un capitán portugués y por mediación de ella conseguí embarcarme en un “cañero”, me haría pescador a como diera lugar, nada tenía que hacer en las estrechas calles ni en el monótono ambiente porteño de los 50s.
Ya habían transcurrido unos 10 años desde esa primera vez, mientras absorto contemplo el reflejo de las luces que se extienden en las aguas tranquilas de la bahía, el aire frío y seco en los muelles de San Pedro son la combinación perfecta, es la imagen ideal de la calma, la serenidad del amanecer, al extremo del muelle 73 se destaca la silueta de un hombre de mediana edad, usa una colorida caña de pescar, al lado su caja de señuelos, intenta con paciencia pescar algo; pero sin éxito, lanza el sedal monótonamente una y otra vez, el disfrute del momento , del relajado ambiente quedan en mi retina, esto es casi una acuarela pienso mientras tomo el último sorbo del ralo café americano.
Regreso de vuelta a la cubierta del percudido cañero, San Pedro está a tiro de piedra de Long Beach, llegamos después de una larga, movida pero lenta travesía de más de 20 días, con salida desde Coishco hasta San Diego primero, a casi 4,000 millas náuticas de distancia, después de los trámites de aduana y migración nos trasladamos a San Pedro a unas 50 millas al Noreste, siempre a mi lado Pepe que apenas contaba con 19 años y si bien no era su primer viaje al extranjero, ya se sentía con más experiencia entre sus compañeros mayores.
Vientos de innovación soplaban en el ambiente de la pesca de atún, para entonces ya se había probado con éxito la combinación de redes sintéticas de nailon y el “power block”, los barcos de cerco en el ambiente pesquero norteamericano no eran nuevos, de hecho, ya existían bolicheros, pero el gran salto aún no se había dado, en 1955 Anthony Misetich fue quizás el primero en usar el invento creado por Mario Puratić (pronunciado o deletreado Puretich en inglés) en 1953.
Estimulado por el éxito del cerquero Anthony M con la nueva maniobra, Sun King el pequeño cañero americano con base en Perú, en Coishco para más exactitud y al mando de Larry Zuanich fue convertido a barco cerquero en 1957, por consiguiente, fue el primer cañero norteamericano convertido a cerquero.
A consecuencia del éxito probado del Sun King y posteriormente del Southern Pacific de Lou Britto , se desató una serie de conversiones en la industria atunera norteamericana, en esos días se comisionó a un grupo de pescadores peruanos entre los que me encontraba este servidor, para llevar de vuelta desde Coishco al país del norte el cañero “Heroic” de propiedad del norteamericano de origen español Manuel Cintas, este cañero de aproximadamente unas 210 toneladas de capacidad y que había estado pescando en aguas peruanas, asumo que había cumplido su rol y tal vez sería parte de una conversión o sería reemplazado por un cerquero que llegara con la nueva modalidad de captura y mejor desempeño.
