Por Ricardo Espinoza Rumiche
Maricarmen nació en un puerto y hoy vive en la playa. Para ella el mar es perfecto sin importar la estación del año. Toma fotos hermosas cada vez que la naturaleza se muestra provocativa ante su lente, pero se niega a que alguien le diga artista de la fotografía. Es artista, natural, de los que evitan el aplauso y solo quieren disfrutar de lo que hacen.
Maricarmen es paiteña como la luna, pero ha brillado este 8 de marzo como el sol de Colán, el balneario donde vive desde hace varios años.
En pleno día internacional de la mujer, la paiteña empresaria fue elegida “Mujer Industrial del año”, y nada menos que por la Sociedad Nacional de Industrias, en un evento y premiación que fue denominado “Mujeres que inspiran: el rol de la mujer peruana en el desarrollo de la industria y el empleo”.
Para los que la conocemos, Maricarmen inspira de manera natural. Imposible no reír con su presencia y con sus ocurrencias. Tiene calle, siempre la ha tenido, pero más tiene clase, virtudes que ha sabido combinar con mucho éxito.
Ha recibido este significativo premio en plena celebración por las bodas de plata de la empresa donde se desempeña como Gerente Comercial: Seafrost.
Ella ha sido parte del crecimiento, desde sus inicios en 1997 cuando se hizo cargo de la gestión comercial de la empresa de su esposo. Hoy, 25 años después, y en medio de elecciones de “misses y misters”, Seafrost es hoy una empresa paiteña-italiana que se ha convertido en una marca reconocida a nivel mundial. Más de 50 países consumen sus productos, además del mercado nacional.
María del Carmen Noblecilla Atkins, paiteña como el mar calmo de El Toril, hija de don Julio Noblecilla y de doña Elena Atkins (+), nació y vivió en este puerto hasta finales de la secundaria, cuando tuvo que partir con 17 años a la capital en busca de un mejor futuro. Se fue no sin antes recibir el premio de excelencia en el colegio nacional Las Mercedes. Fue la reina musa de los juegos florales de aquella época, cuando fue paseada en un alegórico corso por las calles del puerto. Tenía tanta presencia y tantos seguidores que nosotros sus amigos de aquella época decíamos que había llegado el 24 de septiembre.
Vivir en Paita, dice Maricarmen, ha sido para ella pertenecer al mar y estar en frecuencia con sus diversas actividades, así como de la cadena logística del sector exportador. Para mí, que la conozco desde la niñez, el puerto le dio calle, naturalidad y soltura, virtudes que han hecho de ella la misma mujer de siempre a pesar de su crecimiento profesional y económico. La hoy empresaria, sabía que la vida es una aventura que exige cambios. En pleno gobierno desastroso de García, enrumba a Lima a estudiar administración de hoteles, restaurantes y afines. Tenía una meta a sus diecisiete años, la de trabajar en el sector turístico. Tenía un sueño al finalizar su carrera: fundar un restaurante turístico dentro de una estructura arquitectónica de 1800.
Pero la vida la llevó al campo del comercio exterior. Su dominio del inglés y del francés le abrió las puertas para poder desarrollarse.
Maricarmen hoy disfruta de su designación, entre amigos y compañeros y en medio del éxito de su empresa familiar que ya ha llegado a las bodas de plata.
“Nuestra empresa ha contribuido con el desarrollo industrial de Paita, integrando en su estructura la pesca artesanal, cultura y tecnología, creando un modelo de producción multipropósito que ha sabido aprovechar la riqueza ictiológica de nuestro mar, y que, con la experiencia de estos 25 años, y su tecnología, aporta e inspira a nuevos emprendedores”, dice la flamante “Mujer Industrial del año”.
Pero Maricarmen no se detiene. Ella sabe que, si siete veces un hombre o una mujer se cae, la obligación es levantarse ocho; y sueña con más, por ejemplo, apuesta por un sector pesquero, ordenado y sostenible, donde prevalezca el cuidado del mar, ese mar que sigue gritando le demos un respiro.
Este último 8 de marzo, David Epstein, anunció la noticia a sus amigos del sector pesquero. Hubo felicidad entre ellos porque la conocen y saben de su esfuerzo. “Maricarmen es una mujer ejemplar, por sus principios, valores y profesionalismo”, dijo Epstein, “es un justo reconocimiento por su esfuerzo, y nos llena de orgullo”.
Es que Maricarmen solo ha cosechado lo que sembró. No es suerte cuando alguien desde muy joven deja entrar en su mente solo pensamientos positivos que echen raíces. Porque “solo dependiendo de la calidad de las semillas se podrá ver una buena cosecha”, dice una frase.
Felicitaciones a Seafrost por sus bodas de plata, empresa paiteña-italiana que contribuye en la economía de muchos porteños, y más a la paiteña empresaria, doña María del Carmen Noblecilla Atkins por su destacada trayectoria en el mundo industrial.
Ricardo Espinoza Rumiche
Nació en Paita, 1971. Ha publicado las novelas “Entre el cielo y el mar” y “El Príncipe del Rectángulo”. Actualmente, dirige la revista Barlovento y busca tiempo y espacio para terminar su tercera producción literaria.